Se observa un camión azul a la izquierda, con el logo 'NRG' visible. A la derecha, una cargadora amarilla está llenando un remolque blanco con arena.

Arenas de fractura: futuro y desafíos

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En Vaca Muerta, las arenas, junto con el agua a presión, son esenciales para el “fracking”, técnica que permite extraer gas y petróleo. La calidad de este insumo impacta directamente en la productividad de los pozos. YPF, el principal operador de la región, ha generado controversia al cuestionar la estrategia actual de suministro de arenas.

Durante años, las operadoras han priorizado arenas locales de Río Negro, buscando reducir costos logísticos, aunque esto implique sacrificar calidad en comparación con las arenas silíceas de Entre Ríos, inicialmente importadas.

Sin embargo, en un contexto de fuertes inversiones en infraestructura y adopción de inteligencia artificial para duplicar la producción, YPF, liderada por Horacio Marín, propone revisar esta estrategia. Marín plantea volver a considerar las arenas entrerrianas y abordar conjuntamente el desafío logístico.

La industria enfrenta un desafío considerable. Una etapa de fractura requiere 250 toneladas de arena y 1.500 m3 de agua, inyectados a altas presiones. Un pozo necesita 50 etapas de fractura para alcanzar ramales laterales de 3.000 metros. Se estima que en 2024 se demandaron 4 millones de toneladas de arena, cifra que se duplicaría en la próxima década.

YPF argumenta que la calidad de las arenas influyó en una caída de productividad del 20% en un área en producción. Aunque la industria no comparte esta afirmación, reconoce la menor dureza de las arenas locales.

El Gobierno de Río Negro defiende sus arenas, destacando sus ocho yacimientos activos, cuatro plantas de procesamiento y 150 yacimientos listos para operar. Asegura que sus procesos de lavado y clasificación cumplen con los estándares internacionales.

En la práctica, las empresas utilizan una mezcla de arenas, reservando las de mayor calidad para las fracturas en los extremos de los pozos. Los proveedores de arenas locales argumentan que su rendimiento varía según las condiciones geológicas y que no se han reportado pérdidas de producción en yacimientos de alta productividad.

Además, resaltan la ventaja económica y logística de las arenas locales, que reducen los costos de transporte hasta en un 5% por pozo y minimizan riesgos logísticos, considerando el estado de las rutas. También destacan el menor impacto ambiental y la mayor seguridad vial.

El desafío logístico para las arenas de Entre Ríos es considerable, especialmente en términos ambientales. Marín advierte que la demanda futura de 8 millones de toneladas anuales implicaría un camión por kilómetro en las rutas, lo que solo podría resolverse con un ferrocarril.

La propuesta de un tren petrolero, que rehabilitaría el Ferrocarril Norpatagónico, no es nueva, pero requeriría inversiones multimillonarias y un desarrollo conjunto de la industria. Se plantea transportar la arena en barcazas hasta Bahía Blanca y luego en tren hasta Añelo.

Para que este proyecto sea viable, se necesitaría generar carga para los trenes de retorno, potenciando la producción regional y desarrollando proyectos de carga a granel, como el potasio.

La capacidad de la industria para desarrollar proyectos de infraestructura conjuntos será clave para el futuro de este debate.