Un camión minero amarillo de gran tamaño se destaca en primer plano, contrastando con una extensión de paneles solares azules dispuestos en filas ordenadas sobre un terreno árido y montañoso.

Transición energética y minería: oportunidades, desafíos e impactos

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La transición energética implica un cambio de sistemas o matrices energéticas. Estos cambios no son nuevos en la historia: en los últimos 200 años hubo otras grandes migraciones, como de la madera al carbón o del carbón al petróleo. Lo que caracteriza esta transición respecto a las anteriores es la necesidad de migrar de un sistema basado en los combustibles fósiles a uno de bajas o nulas emisiones de carbono basado en las fuentes renovables.

La transición que estamos viviendo se ha visto impulsada en los últimos quince años por una notable disminución en los costos de las tecnologías renovables (alrededor del 85 % en el caso de la solar fotovoltaica y un 45 % en el de la eólica onshore) pero ¿qué implica esto en el uso de recursos naturales?

El consumo de minerales como el cobre, litio, níquel y cobalto, todos ellos esenciales en turbinas eólicas, paneles solares y vehículos eléctricos, podría sextuplicarse para 2050 (según la Agencia Internacional de la Energía, AIE) para cumplir los objetivos del Acuerdo de París, y se necesitarían en total más de tres mil millones de toneladas de minerales y metales.

Recordemos que la humanidad sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles: tres cuartas partes del consumo mundial de energía primaria en 2022 procedían de combustibles fósiles (AIE 2022), hecho que viabiliza la producción y exportación de oil&gas en los yacimientos de Vaca Muerta.

La transición energética seguirá su curso, y las tecnologías de energía limpia requieren grandes cantidades y variedad de minerales (aproximadamente dos docenas) para construir redes eléctricas, producir paneles solares, aerogeneradores, baterías, etc. Como para tener de referencia, algunos consumos y relaciones: fabricar un automóvil eléctrico requiere más de 200 kg de minerales de transición energética (sobre todo cobre, litio, níquel, manganeso, cobalto, grafito y zinc). Esto es más de seis veces los 35 kg de cobre y níquel que se utilizan en un automóvil convencional. Una planta eólica onshore necesita nueve veces más minerales y metales por unidad de energía producida que una planta eléctrica a gas; una planta eólica offshore necesita aproximadamente un 50% más de minerales y metales que una onshore (IEA 2022).

Probablemente, el litio represente el cuello de botella más apremiante para la industria, con 1.5 millones de toneladas adicionales de LCE necesarias para fines de la década. Aunque es el segundo después del cobre, la oferta de éste debe sumar casi 4 millones de toneladas, mientras que la producción de manganeso debe más que triplicarse en cinco años, datos aportados por Benchmark Minerals. La misma fuente calcula que se requieren US$ 285.000 millones de inversión para poner en funcionamiento suficientes materias primas críticas para 2030.

Aunque muchos de estos mercados se encuentran actualmente en un estado de exceso de oferta, los déficits previstos son sustancialmente más altos que los superávits actuales. Esto presenta un problema, ya que la inversión necesaria en materias primas para garantizar un suministro futuro adecuado se ve desalentada por el entorno actual de precios bajos. En esta coyuntura también inciden los desafíos ambientales, sociales, económicos, geopolíticos, comerciales y de asociación que conllevan.

En conclusión, aún en un escenario de ralentización en los objetivos hacia la transición energética y con los desafíos que implican los desarrollos mineros, habrá un mercado creciente y ávido de minerales, algunos de los cuales son explotados en nuestro país con nuevos proyectos, como es el caso del litio y plata. En Argentina, tres empresas (Rio Tinto, Posco y Galan Lithium) han anunciado inversiones en el orden de los US$ 3.700 millones bajo los beneficios del RIGI. Seguiremos atentos a la evolución de estos proyectos y de nuevas compañías que se sumen en esta ventada de oportunidad en el abastecimiento de minerales estratégicos.